Para conseguirlo el dueño debe hacer:
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Satisfacer sus necesidades: Comida, alojamiento, atención, etc.
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Crear rutinas: Los paseos, la comida, el baño e higiene corporal, la clase, los juegos etc.
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Horarios lo menos arbitrarios posibles.
Para convertirnos en el líder y a la vez incrementar el vínculo:
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El Juego: Actitud positiva, lúdica y además, así minimizaremos las correcciones y optimizamos el vínculo.
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La Clase: Mediante la clase diaria conseguimos mantener la disciplina. Reforzamos el papel de líder y la autoconfianza del cachorro.
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Los Paseos: Aprende que existen períodos de relax y que no tiene que estar trabajando continuamente. Además, va asociando las vivencias y experiencias que se le presentan.
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El Cepillado: Al cepillar al cachorro estamos sometiéndolo a un manejo y control de su cuerpo, marcando quién es el líder y desarrollando el vínculo.
Que no hay que hacer:
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Castigarle con el collar o correa.
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Castigarle por no aprender acciones.
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Castigarle progresivamente.
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Ser inconsciente en el castigo.
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Causarle dolor físico.
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Causarle un shock emocional (golpearle con periódicos, exageración de gritos…)
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Darle mucha importancia a su comportamiento.
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Mantener una actitud enfadada con el cachorro tras el castigo.
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Aplicarle castigos incomprensibles.
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Castigarle para que aprenda a hacer sus necesidades.
Listado general de tareas para con el cachorro.
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Mantener un horario de comidas regular y ningún acceso a la comida después de 30 minutos.
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Pasear con la correa.
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Restringir los movimientos del cachorro.
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Poner el cachorro en un área deseada para hacer sus necesidades:
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Inmediatamente después de despertarse.
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Inmediatamente después de jugar.
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Entre diez y quince minutos después de cualquier comida.
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Como mínimo 6 a 8 veces por día.
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Cada 1 a 2 horas sería lo ideal.
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No permitirle jugar hasta que no haya eliminado.
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Situarse en un área pequeña.
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Dejarle olfatear.
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Dar paseos de 15 a 20 minutos.
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Permitirle jugar y relacionarse después de que elimine.
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Hacer las correcciones de forma apropiada (sobresalto).
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Recompensar al cachorro después de que elimine.
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Reforzar los olores de otros perros y heces en zona correcta.
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Usar órdenes vocales.
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Ser paciente.
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Proporcionar juegos aeróbicos (saltos y carreras) en los momentos de no eliminación.
Para educar al cachorro debemos enseñarle desde el principio qué puede y qué no puede hacer.